Ante un teatro con capacidad completa Gustavo, Jano, Ghori y el Negro volvieron a hacer vibrar a los mercedinos con sus canciones • La sorpresa, la alegría del reencuentro y la promesa de un futuro juntos con Margarita ni a palos.
El resto de la noticia siguiendo este link
sábado, 28 de agosto de 2010
miércoles, 25 de agosto de 2010
El regreso de un hito mercedino
El Nuevo Cronista le realizó una entrevista a la banda antes del recital, donde les preguntan sobre la vuelta, los temas nuevos y sobre el futuro de la banda.
Ver la entrevista aquí.
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domingo, 22 de agosto de 2010
A los Margariteros
Que cuatro personas convivan en un mismo proyecto puede ser tan bueno como complejo. Siempre hay momentos difíciles, tensiones, discusiones, y quizás nuestra inexperiencia hizo que por allá, en diciembre de 2003, después de seis años y casi más de cuarenta canciones (que definitivamente los integrantes de Margarita ni a palos adoramos como un tesoro), nos distanciáramos.
Cuando a mediados de 2009, casi seis años después, comenzamos a recuperar, poco a poco, la amistad que había quedado herida luego de tantos golpes nuestras almas se alivianaron. Luego de un centenar de mates comenzó a crecer la idea de reencontrarnos pero esta vez con la condición que estén nuestros instrumentos con nosotros.
Lo que más recuerdo del primer ensayo, algún sábado de febrero es: casa de Gustavo, mucho calor, agobiante calor, el Negro Mandrini marca cuatro golpes con los palillos y la bajada en simultáneo de guitarra, bajo y batería de la introducción de Las flores que quemé explotó. Luego dio lugar al riff inicial. Confieso que cuando escuchaba ese doble bombo apoyado por las semicorcheas del bajo se me estremeció todo el cuerpo. Tenía ganas de abrazar a Jano, Gustavo y el Negro pero me contuve porque además de quedar como un boludazo sentimental iba a interrumpir el tema.
Allí estábamos los cuatro generando algo que venía a confirmar lo que nunca tuve dudas, que nos encanta tocar juntos.
-¿Te acordás Gustavo que en Las flores que quemé, en los recitales, yo empezaba haciendo el riff con la guitarra sola y la genta lo cantaba "Oh oh oh oh oh oh oh...".?
-Sí Chori, pero esta vez no te ilusionés porque capaz que la poca gente que pueda llegar a ir ni siquiera se acuerde.
Sabíamos que la primera fecha iba a ser en el Teatro Argentino, porque era invierno y porque queríamos que fueran todos los que quisieran.
-Trecientas personas van seguro... -nos decíamos como para darnos confianza y poner la fecha en el Teatro – cien parientes seguro (yo personalmente tengo veintitrés primos) y doscientos que nos quieren volver a ver.
Una veintena de ensayos después estábamos a horas del show en el Teatro, setecientas entradas vendidas el día anterior, y más de diez personas laburando, la incredulidad pasó a ser el sentimiento predominante en todos nosotros.
Y llegó el día (bah, la noche) y diez minutos antes del comienzo del recital se me ocurre espiar por el telón del teatro y... mi pulsó ascendió a doscientos latidos por segundo, la respiración tardó en reiniciarse y volví al camarín.
-¡Muchachos! ¡Nunca vi el tatro así!
-¡No nos digas nada Chori!
Después fue puro goce. Porque ser una banda de Mercedes, no haber tocado durante siete años, que ningún medio haya promovido nuestra música (obviamente, quién te va difundir cuando el proyecto no existe) y que la mitad de las novecientas almas que estaban en el Teatro nunca habían asistido a un recital nuestro cantaran ahora con nosotros cada una de las canciones nos dejó absoluta y hermosamente perplejos.
Los ángeles no pudieron echarnos pronto, y cuando, ya en el final, empecé a tocar el riff de Las flores que quemé los "Oh oh" de ustedes se hicieron sentir como nunca. Me di cuenta que por las caras de Gustavo, Jano y el Negro que arriba del escenario había ahora cuatro boludazos sentimentales.
Por supuesto que estamos en deuda... cómo devolver tanto, pero tanto cariño. Simplemente gracias.
Cuando a mediados de 2009, casi seis años después, comenzamos a recuperar, poco a poco, la amistad que había quedado herida luego de tantos golpes nuestras almas se alivianaron. Luego de un centenar de mates comenzó a crecer la idea de reencontrarnos pero esta vez con la condición que estén nuestros instrumentos con nosotros.
Lo que más recuerdo del primer ensayo, algún sábado de febrero es: casa de Gustavo, mucho calor, agobiante calor, el Negro Mandrini marca cuatro golpes con los palillos y la bajada en simultáneo de guitarra, bajo y batería de la introducción de Las flores que quemé explotó. Luego dio lugar al riff inicial. Confieso que cuando escuchaba ese doble bombo apoyado por las semicorcheas del bajo se me estremeció todo el cuerpo. Tenía ganas de abrazar a Jano, Gustavo y el Negro pero me contuve porque además de quedar como un boludazo sentimental iba a interrumpir el tema.
Allí estábamos los cuatro generando algo que venía a confirmar lo que nunca tuve dudas, que nos encanta tocar juntos.
-¿Te acordás Gustavo que en Las flores que quemé, en los recitales, yo empezaba haciendo el riff con la guitarra sola y la genta lo cantaba "Oh oh oh oh oh oh oh...".?
-Sí Chori, pero esta vez no te ilusionés porque capaz que la poca gente que pueda llegar a ir ni siquiera se acuerde.
Sabíamos que la primera fecha iba a ser en el Teatro Argentino, porque era invierno y porque queríamos que fueran todos los que quisieran.
-Trecientas personas van seguro... -nos decíamos como para darnos confianza y poner la fecha en el Teatro – cien parientes seguro (yo personalmente tengo veintitrés primos) y doscientos que nos quieren volver a ver.
Una veintena de ensayos después estábamos a horas del show en el Teatro, setecientas entradas vendidas el día anterior, y más de diez personas laburando, la incredulidad pasó a ser el sentimiento predominante en todos nosotros.
Y llegó el día (bah, la noche) y diez minutos antes del comienzo del recital se me ocurre espiar por el telón del teatro y... mi pulsó ascendió a doscientos latidos por segundo, la respiración tardó en reiniciarse y volví al camarín.
-¡Muchachos! ¡Nunca vi el tatro así!
-¡No nos digas nada Chori!
Después fue puro goce. Porque ser una banda de Mercedes, no haber tocado durante siete años, que ningún medio haya promovido nuestra música (obviamente, quién te va difundir cuando el proyecto no existe) y que la mitad de las novecientas almas que estaban en el Teatro nunca habían asistido a un recital nuestro cantaran ahora con nosotros cada una de las canciones nos dejó absoluta y hermosamente perplejos.
Los ángeles no pudieron echarnos pronto, y cuando, ya en el final, empecé a tocar el riff de Las flores que quemé los "Oh oh" de ustedes se hicieron sentir como nunca. Me di cuenta que por las caras de Gustavo, Jano y el Negro que arriba del escenario había ahora cuatro boludazos sentimentales.
Por supuesto que estamos en deuda... cómo devolver tanto, pero tanto cariño. Simplemente gracias.
Walter Chori Perruolo
viernes, 20 de agosto de 2010
Para los Margarita, la mística está intacta
El legendario grupo volvió luego de 7 años sin tocar, este domingo con un show que desbordó la sala mayor del ex Teatro Argentino. No fue un regreso más ni tan sólo un gran concierto, es un fenómeno social a pequeña escala.
(Por Gerardo Simonet) Entender el fenómeno parece tarea más difícil que describirlo. Una banda local separada que anuncia su regreso después de siete años, y tres discos sin la menor difusión mediática, que se filtran hacia nuevas generaciones y se propagan como reguero de pólvora, mano a mano y boca a boca hasta instalarse como discos de culto entre una porción importante del público de rock adolescente. Entradas agotadas antes del show, arrasadas en un noventa por ciento por pibes de la franja de los dieciocho años, que cuando Margarita Ni a Palos recorría los escenarios, no pasaban los diez. Calles cortadas, el teatro municipal sin butacas y un vallado frente al escenario para contener a más de setecientas personas agolpadas en torno a un show, con gente afuera penando por una entrada y conformándose con escuchar desde el frío, lo que las puertas del Julio César Gioscio dejen filtrar. Un fenómeno inexplicable para una banda local, una respuesta que el domingo a la noche dejó boquiabiertos hasta a los propios integrantes de la agrupación.
leer la noticia completa en www.noticiasmercedinas.com
(Por Gerardo Simonet) Entender el fenómeno parece tarea más difícil que describirlo. Una banda local separada que anuncia su regreso después de siete años, y tres discos sin la menor difusión mediática, que se filtran hacia nuevas generaciones y se propagan como reguero de pólvora, mano a mano y boca a boca hasta instalarse como discos de culto entre una porción importante del público de rock adolescente. Entradas agotadas antes del show, arrasadas en un noventa por ciento por pibes de la franja de los dieciocho años, que cuando Margarita Ni a Palos recorría los escenarios, no pasaban los diez. Calles cortadas, el teatro municipal sin butacas y un vallado frente al escenario para contener a más de setecientas personas agolpadas en torno a un show, con gente afuera penando por una entrada y conformándose con escuchar desde el frío, lo que las puertas del Julio César Gioscio dejen filtrar. Un fenómeno inexplicable para una banda local, una respuesta que el domingo a la noche dejó boquiabiertos hasta a los propios integrantes de la agrupación.
leer la noticia completa en www.noticiasmercedinas.com
miércoles, 18 de agosto de 2010
¡Despierten a los muertos!
Cómo muchos estarán al tanto, este domingo fue el primer recital del regreso de la banda. Con un límite municipal de 700 personas que llenaron el teatro, dejando algunos desprevenidos sin entradas, la banda dió un recital excelente.
Había tres cámaras que registraron el show, además de la grabación desde la consola, y de los ocacionales celulares y cámaras digitales. Hubo una canción nueva sin nombre aún, hubo varias canciones modificadas y, principalmente hubo muchas alegrías y pocos calvarios.
Sobre la apertura del show se notó el nerviosismo de la banda, que parecía no poder creer la cantidad de gente (aunque yo sí la creía y esperaba), pero con el pasar de los temas volvieron a tener esa comodidad sobre el escenario de la que estábamos acostumbrados. Encontré varios videos en YouTube, así que pongo acá uno que subió el Chori.
¿Qué sigue ahora? El futuro parece venir con un nuevo álbum y mas shows. Esperemos que no nos haga esperar mucho.
Había tres cámaras que registraron el show, además de la grabación desde la consola, y de los ocacionales celulares y cámaras digitales. Hubo una canción nueva sin nombre aún, hubo varias canciones modificadas y, principalmente hubo muchas alegrías y pocos calvarios.
Sobre la apertura del show se notó el nerviosismo de la banda, que parecía no poder creer la cantidad de gente (aunque yo sí la creía y esperaba), pero con el pasar de los temas volvieron a tener esa comodidad sobre el escenario de la que estábamos acostumbrados. Encontré varios videos en YouTube, así que pongo acá uno que subió el Chori.
¿Qué sigue ahora? El futuro parece venir con un nuevo álbum y mas shows. Esperemos que no nos haga esperar mucho.
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